Las Ciudades Inteligentes gastan menos

Hay costos ocultos para dirigir una ciudad que son difíciles de ignorar. Por ejemplo, cuando un semáforo permanece verde durante dos minutos sin que pase un solo automóvil, pero en la calle paralela, los conductores pasan tres horas al día en el tráfico evitable, hay una pérdida financiera invisible. Pero este impacto económico se aclara cuando analizamos otros servicios que las ciudades brindan a los ciudadanos.

Cuando el clima es seco y la contaminación alcanza niveles peligrosos, encontrará personas que acuden al hospital con problemas respiratorios, lo que indica claramente que algo está mal. Otro ejemplo puede ser la falta de un moderno sistema de gestión de tráfico, que aliente a los conductores (en su frustración) a conducir de manera imprudente para llegar a su destino, causando accidentes que ejercen una presión innecesaria en los servicios de emergencia. El efecto contundente es que cuando un paciente es trasladado en ambulancia a un centro de atención crítica sobresaturado, hay una falta de recursos públicos debido a la presión ejercida sobre las instituciones por la administración deficiente de la ciudad. Se pueden encontrar consecuencias financieras similares al examinar cómo una ciudad con un bajo índice de resolución de delitos debido a investigaciones deficientes puede causar los problemas ocultos asociados con la administración pública reactiva.

Detección proactiva y temprana con sistemas de ciudades inteligentes.

La lógica detrás de una «ciudad inteligente» es un modelo de gestión proactiva. La gestión inteligente de incidentes apunta a un sistema rápido y automatizado de detección de incidentes, que incluso podría detectar el riesgo de una amenaza antes de que ocurra el evento. La detección se puede realizar a través de cámaras y sensores (para medir la contaminación y la radiación, identificar disparos, accidentes de tráfico, etc.), que pueden activar alertas. La ciudad se convierte en un mapa en vivo, que genera información de varios sensores.

Esta información puede ayudar a desarrollar una estrategia preventiva que reduce los costos a largo plazo. También puede llevar a decisiones que optimicen los recursos públicos.

El interior de una ambulancia danesa. Un ejemplo de este tipo es lo que está haciendo Dinamarca en la región de Nordjylland. Esta región tiene 11 ambulancias que cubren las afueras de las ciudades, donde incluso el hospital más cercano puede estar muy lejos. Las ambulancias están equipadas con cámaras en el techo que permiten al personal del hospital acercarse para obtener imágenes de primer plano. Esto permite una evaluación más precisa de la condición del paciente durante el tránsito. El personal del hospital puede asesorar al personal de ambulancia acerca de cuál es el hospital más cercano y qué tipo de atención se necesita, para que el tratamiento pueda comenzar con anticipación. A veces, un caso se resuelve en la ambulancia, permitiendo que el paciente se vaya a casa. Esto se traduce en ahorro de tiempo para los pacientes y ahorro de costos para los servicios nacionales de salud de Dinamarca.

Más reducción de costos dentro de las ciudades inteligentes

Un ejemplo de reducción de costos en ciudades inteligentes es a través de sistemas de iluminación pública. Para ahorrar energía, el alumbrado público se puede ajustar según el nivel de tráfico, tanto del vehículo como del peatón. Cuando nadie pasa, las luces se pueden bajar, sin comprometer la calidad de la vigilancia gracias a las cámaras sensibles a baja iluminación.

Otro ejemplo es el uso de botones de emergencia en áreas de tráfico intenso. Si ocurre un incidente, una persona puede presionar un botón para llamar inmediatamente a un oficial y comunicarse por audio y video para pedir ayuda o recibir consejos sobre qué hacer. Cuando la administración pública comprende la gravedad de los incidentes, puede actuar en consecuencia y evitar el despliegue innecesario de recursos para investigar.

Un tercer escenario involucra la captura de vehículos robados. La víctima denuncia un robo a través de una aplicación, por ejemplo, que informa inmediatamente a la policía que el vehículo ha sido robado. El seguimiento dentro del vehículo puede indicar a la policía dónde está el vehículo. Esto, junto con la tecnología de reconocimiento de matrículas (LPR), significa que la policía de tránsito puede identificar que el vehículo es robado mientras intenta escapar, bloquear su camino y evitar los costos de una investigación policial completa, lo que finalmente reduce los costos de seguro.

Usando ANPR/ALPR en un escenario de ciudad.

Si crees que esto es demasiado descabellado para una ciudad en un país en desarrollo, aquí hay un ejemplo interesante: la Ciudad de Maceió, en Brasil. Las cámaras con LPR pueden identificar los vehículos que están infringiendo la ley, ya que las matrículas pueden verificarse en una base de datos de vehículos robados. El año pasado, por ejemplo, hubo un secuestro dentro de un centro comercial. La víctima, que fue puesta dentro del auto, le dio a la policía una descripción del vehículo. Cuando el vehículo fue detectado por una cámara, la policía lo siguió y lo detuvo con la víctima ilesa, en menos de una hora.

Lo creas o no, en lugares con una alta tasa de robo de vehículos y carga, como Río de Janeiro en Brasil, incluso la entrega de compras en línea es más costosa, para tener en cuenta las pérdidas.

Mejorar la vida de los ciudadanos

En su esencia, una ciudad inteligente puede mejorar la vida de sus ciudadanos. Una administración pública guiada por la prevención y la optimización de recursos puede hacer más con menos, lo cual es un objetivo muy necesario, especialmente en los países en desarrollo.

Fuente
Analítica de video