INSTALACIÓN FLEXIBLE PARA UNA VIGILANCIA MÁS DISCRETA
Las cámaras IP modulares pueden ubicarse prácticamente en cualquier sitio y resultan casi invisibles. Pueden introducirse en espacios reducidos, integrarse en cajeros automáticos o usarse incluso en autobuses o vehículos policiales. Resultan ideales para una vigilancia de vídeo y audio discreta y para aplicaciones de análisis. También resultan muy económicas cuando se requieren múltiples cámaras en una área reducida.
Las cámaras IP modulares constan de una unidad de sensor que se conecta por cable a una unidad principal, que es el cuerpo de la cámara. La unidad de sensor (formada por un objetivo y un sensor de imagen) puede colocarse donde sea necesario, y la unidad principal donde haya espacio. Es posible conectar hasta cuatro unidades de sensor a una unidad principal de cuatro canales, consiguiendo así un sistema de vigilancia económico para varias áreas cercanas entre sí.
Las unidades de sensor y las unidades principales pueden adquirirse por separado, lo que permite obtener la combinación de hardware que mejor se ajuste a cada necesidad. También es posible adquirir cámaras modulares completas en paquetes preparados.